El concepto de comunidad remite a la unidad de la convivencia educativa en una realidad común en la que predomina la participación y la comunicación a la individualización. De esta forma los distintos estamentos que forman la comunidad educativa se relacionan y cooperan en el desarrollo humano, hablamos pues de una actividad sinergética. Las características clave que definen este proceso educativo son: cooperación, organización y ética. Según Wenger, las comunidades de aprendizaje se caracterizan por:
- Estar constituidas por miembros de una misma comunidad.
- Compartir modos de hacer, formas de referirse a los hechos y valores.
- Ser comunidades informales.
- Los miembros contribuyen y progresan en los conocimientos colectivos a través de su pasión por los asuntos de base de la comunidad.
- Estar formadas por líderes que impulsen nuevas ideas y organizadores que coordinen las actividades e iniciativas de aprendizaje propuestas.
- Ser comunidades estratégicas que influyen en el desarrollo de la economía del conocimiento.
Destacan sus funciones de interpretar e intercambiar la información y la gestión del conocimiento de forma viva, es decir, activa y dinámica, cuyo objetivo es conseguir una sociedad de la información para todas las personas que se concreta en todos los espacios del centro educativo en el que se inserta. Se trata, así, de un proyecto de transformación social y cultural de un centro educativo y su entorno, basada en un a pedagogía de la convivencia, crítica, participativa, sustentada por el aprendizaje dialógico. Lev Vygotsky fue quien desarrolló la concepción dialógica del aprendizaje. Demostró que el aprendizaje es un hecho social y que el conocimiento se construye a partir de la interacción del entorno, por lo que es fundamental potenciar la coordinación entre lo que el alumno aprende en el aula y lo que después vive fuera de esta, en definitiva, tener en cuenta el medio en el que se inserta el educando. Vygotsky llega a afirmar la importancia de la presencia de una persona con más capacidad que el educando para reforzar el aprendizaje. Por su parte, Flecha, establece los principios del aprendizaje dialógico, que son los siguientes:
- Diálogo igualitario: basado en un diálogo interactivo que tiene en cuenta las diferentes aportaciones según la validez de los argumentos y no según las posiciones de poder de los interlocutores.
- Inteligencia cultural: que se basa en la existencia de las múltiples inteligencias, tanto académicas como prácticas, que la educación dialógica ha de aprovechar ofreciendo oportunidades a todos.
- Transformación: facilitar nuevas vías para una educación para todos, es decir, apostar algo más que por la mera reproducción con el objetivo de propiciar la transformación de las personas, del entorno social, hacia una educación crítica, basada en el compromiso social, más abierta y participativa que permita afrontar los retos de la sociedad del conocimiento.
- Dimensión instrumental: a los conocimientos que se ha de aprender se añade la parte técnica, las habilidades necesarias para el aprendizaje de los mismos.
- Creación de sentido: dar sentido a la vida implica la conjunción de posibilidades que integren los mundos objetivo, social y subjetivo de Habermas, los hechos, las normas y las vivencias, que superen las actitudes ilusorias del egocentrismo o del sociocentrismo. Solidaridad: la educación crítica debe trabajar por la democracia, la igualdad, la paz, la libertad y la solidaridad como principal valor.
- Igualdad de diferencias: coherente con la solidaridad, los participantes han de tener la oportunidad de aprender todos, todo y de calidad, a partir de la igualdad en las diferencias del enfoque comunicativo.
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